Dominar la velocidad de obturación en diferentes situaciones

La velocidad de obturación para que todos lo entendamos, es básicamente el tiempo que tardará en hacerse nuestra fotografía. Y dicho de una manera más técnica, es el tiempo que va a permanecer el obturador de nuestra cámara abierto, dejando pasar más luz hacia el sensor.

En este artículo vamos a ver diferentes situaciones donde la velocidad de obturación es clave. De esta manera tan práctica, verás cómo debes configurarla en cada caso para conseguir exactamente la foto que estabas buscando. ¡Empezamos!

configurar la velocidad de obturación

Haciendo memoria

La velocidad de obturación forma parte del famoso triángulo de la exposición, formado también por la apertura de diafragma y la sensibilidad ISO. Si jugamos con estos 3 parámetros se consigue obtener una exposición adecuada de la fotografía.

triángulo de la exposición

En los siguientes ejemplos que vamos a ver, te aconsejaremos poner la velocidad de obturación en unos niveles concretos. Tú debes recordar compensar los otros dos parámetros para exponer correctamente tu fotografía.

Un “tip” que puede ayudarte a exponer bien es primero disparar una fotografía bien expuesta con los parámetros habituales, y luego ayudarte de la Ley de reciprocidad para saber cómo compensar la subida o bajada de la velocidad de obturación que requieras para cada situación.

10 Situaciones donde dominar la velocidad de obturación

Ahora que ya recuerdas qué es la velocidad de obturación, vamos a ver 10 situaciones diferentes en las que necesitarás dominarla para poder conseguir un buen resultado.

1# Congelar el movimiento

Existen muchas situaciones en las que quieras congelar el movimiento. Tal vez quieras fotografiar a alguien corriendo sin que salga movido, congelar las gotitas de agua de una fuente o cascada y un sinfín de situaciones que nos podemos encontrar.

1# Congelar el Movimiento

Para que la imagen no salga movida, necesitarás aumentar la velocidad de obturación, para que la cámara dispare lo suficientemente rápido como para congelar el movimiento de tu sujeto. Cada escena y sujeto tendrá una velocidad diferente, por lo que lo mejor será hacer algunas pruebas para averiguar qué velocidad de obturación es necesaria para congelar su movimiento.

Para que te hagas una idea, normalmente usaríamos velocidades como:

  • 1/1000 seg. para vehículos rápidos o animales corriendo,
  • 1/500 seg. para bicicletas y
  • 1/250 seg. para las olas del mar.

Aun así, esto son velocidades orientativas, ya que la velocidad de cualquiera de estos motivos fotográficos puede variar mucho.

Lo más aconsejable es realizar algunas pruebas y, si no puedes, la mejor opción es usar una velocidad lo suficientemente alta, aunque sea demasiado, para no arriesgarte a perder la foto. Piensa que siempre será mejor obtener una foto bien hecha aunque con algo de ruido por haber tenido que compensar esa velocidad de obturación excesiva, que obtener una foto con el centro de interés trepidado.

2# Trepidación creativa

La trepidación se puede usar para crear fotografías creativas, que transmitan alguna sensación mediante esa trepidación. Este recurso lo puedes usar para transmitir sensación de velocidad, o de mareo y desorientación.

Para conseguir que nuestro centro de interés se trepide, pero no nuestro fondo, lo mejor será montar nuestra cámara sobre un trípode y usar velocidades lentas. Si no dispones de un trípode, calcula cuál es la velocidad más lenta que puedes aguantar sin trepidar (normalmente rondará el 1/30 seg.), y usa algunos trucos para ganar estabilidad, como pegar los codos a tu cuerpo, abrir las piernas o apoyarte en una pared o superficie.

2# Trepidación Creativa

Así pues, una vez tengamos la cámara bien estabilizada, haremos que nuestro sujeto se mueva mientras el obturador esté abierto, todo lo contrario a lo que se suele recomendar. Así conseguiremos que aparezca movido o trepidado en nuestra fotografía. Como siempre, si un efecto es buscado no debe considerarse un fallo de técnica, y así es en este caso.

3# El efecto seda

El efecto seda suele ser uno de los más buscados en fotografías y personalmente para mi es uno de los que más me gustan cuando estoy delante de paisajes que contengan agua como puede ser; ríos, cascadas o el mar. Que el agua presente esa imagen tan suave, transmite a quien ve la fotografía belleza y una paz muy atractivas.

¿Pero qué es realmente el efecto seda? No es más que el agua trepidada; el movimiento del agua registrado en una larga exposición.

3# El Efecto Seda

Así pues, para conseguir el efecto seda en el agua deberás usar velocidades de obturación largas, normalmente más lentas que 1 segundo. Cuanto más rápido y con más fuerza corra el agua, menor velocidad requerirás para conseguir el efecto seda.

Para este tipo de fotografía se requiere:

  1. Contar con un trípode. En la mayoría de ocasiones vas a disparar a velocidades más lentas que lo que tu pulso te puede permitir así que necesitarás contar con la ayuda de un trípode.
  2. El uso de un filtro de densidad neutra (ND), sobre todo si fotografías a plena luz del día, para evitar que tu fotografía se sobreexponga a causa de una velocidad de obturación tan lenta.

4# Nubes en movimiento

4# Nubes en Movimiento

Las nubes en movimiento se consiguen de la misma manera que el efecto seda del agua: usando velocidades de obturación muy lentas. Cuanto más rápido se muevan las nubes, menor velocidad de obturación requerirás para que se note este efecto. Aun así, es probable que requieras tiempos de exposición de varios segundos para que se note bien el movimiento en las nubes.

En este caso, igual que hicimos con el efecto seda, vamos a necesitar un trípode y un filtro de densidad neutra (ND) si disparamos de día.

5# Fotos a estrellas

La fotografía nocturna es un tipo de fotografía muy especial. Con los parámetros habituales o el modo automático es difícil sacar gran cosa.

5# Fotos a Estrellas

En este campo, dominar la velocidad de obturación en un más, para captar el resultado deseado. Si quieres fotografiar las estrellas tendrás que usar tiempos de exposición bastante largos, de entre 15 y 30 segundos. Eso sí, ten en cuenta que la rotación de la tierra hará que las estrellas salgan movidas si nos pasamos de cierta velocidad. Aunque esto va a depender mucho de la distancia focal que estés usando, normalmente se sitúa el límite entre los 25 y 30 segundos.

Aunque, por otra parte, sacar las estrellas movidas no tiene por qué ser un fallo técnico, puede ser algo que quieras conseguir a propósito. Las fotografías circumpolares precisamente utilizan esto para captar las trazas que van dejando las estrellas y conseguir capturas muy originales.

En conclusión…

Hasta aquí el tema de hoy sobre las velocidades de obturación. Hay muchísimos otros casos donde se debe tener en cuenta la velocidad como por ejemplo con las fotografías de lightpainting o con las fotografías de noche o con poca luz… pero eso ya lo veremos en otra entrada.

Hasta entonces, seguir practicando! Y recordad! Si queréis aprender visitando una fantástica ciudad como es Barcelona, solo tenéis que contactar conmigo y programar un PhotoWalk. Os encantará!