En el pasado post, vimos cómo debemos preparar nuestros archivos de fotografías para un buen post-procesado. Pero hoy nos queda aprender la parte más entretenida: la evaluación de las imágenes para decidir que look queremos dar a cada una de ellas y el proceso de creación.
Evaluación de las imágenes
En esta fase de edición debemos evaluar cada imagen con el fin de saber qué vamos a hacer con ella y qué look le vamos a dar. Debemos armarnos de paciencia porque no siempre es fácil ser capaz de imaginar el potencial que tiene cada foto. También es algo que se aprende de la experiencia. Cuanto más editemos, más fácil nos será y menos tiempo gastaremos en mejorar cada fotografía.
La cantidad de tiempo que se gasta en esta fase dependerá de tres decisiones que debemos tomar:
- Decidir la definición de la imagen
- Decidir cuál será su propósito
- Decidir qué cambios hacer
¡Vamos a ver cada uno de ellos!
Definición de la imagen
Hacer una descripción verbal de la imagen nos ayudará a saber expresar las ideas y emociones que nos transmite una imagen. Para ello debemos describir la foto pensando en nuestra posible audiencia y hacerlo como si la estuviéramos explicando a un niño de cinco años, empezando por el contenido y los elementos concretos del cuadro.
Podemos describir los diferentes elementos que aparecen en la imagen, cosas como:
- El estado de ánimo,
- Sentimientos,
- Interacción entre las personas de la imagen,
- Objetos en la fotografía, etc.
Luego decidiremos que detalle o detalles son los que hacen a la imagen interesante o única. Tal vez nos sorprendamos a nosotros mismos y podemos ver otros puntos, que no fueron los que enfocamos cuando tiramos la fotografía, que también se resaltan en la imagen.
Decidir cuál será el propósito de la imagen
Basándonos en lo que contiene la foto, debemos pensar a quién va dirigida la fotografía, o lo que es lo mismo, quien es su público potencial. Por ejemplo pregúntate: ¿la imagen podría ser usada por una persona, un periódico, una revista o expuesta en una galería? En este punto tampoco deberíamos olvidar el contexto en el que la imagen puede llegar a figurar.
Decidir qué cambios hacer
En base a los dos anteriores puntos, ahora ya estamos listos para identificar qué es lo que queremos potenciar de la imagen para conseguir una mejor foto. En este punto, es cuando pasamos al proceso de creación donde decidiremos que factores vamos a ajustar tales como; el brillo, el contraste, la saturación, la nitidez, etc.
Proceso de creación
Empezaremos por los ajustes más generales, acabando por los más finos. Recordar que siempre es bueno tomarse un descanso ya que trabajar en post-producción más de 20 a 30 minutos seguidos suele resultar improductivo debido a que nuestros ojos se cansan fácilmente. Es bueno salir un poco, cambiar de ambiente y al cabo de un rato, volver a la faena.
La creación requiere de control y ser muy finos en los ajustes. Pero, si hemos hecho bien los procesos anteriores, será un trabajo muy gratificante. Es el momento de pasar a Photoshop para terminar de retocar las fotos a través de dos herramientas principales: Las capas y los modos de fusión.
Capas
Siempre os aconsejo trabajar con capas ya que nos permiten construir la imagen final sin alterar ninguno de sus píxeles originales ya que trabajamos sin alterar la imagen principal
Hay varios tipos importantes de capas y herramientas relacionadas. Por ejemplo, las capas de ajuste son realmente potentes porque con la combinación de sólo dos de ellas, como Curvas y Tono/Saturación, se puede cambiar totalmente el aspecto de una imagen.
Curvas
Con las capas de Curvas se pueden modificar rangos específicos en los tonos de las fotos, lo cual es muy útil. Después de haber realizado la mayoría de los cambios en Lightroom, utilizaremos las curvas de Photoshop para aplicar ajustes selectivos a áreas particulares usando máscaras de capa.
Agrupar capas
La posibilidad de agrupar las capas permite combinar y actuar sobre un conjunto de ellas como si fueran una sola (además sirve también para ayudar a mantener nuestro trabajo organizado).
Las máscaras de capa
Controlan selectivamente qué partes de una capa tienen efecto sobre la foto. Pintando sobre ellas con el pincel en blanco o negro podemos revelar u ocultar (respectivamente) partes de la imagen, y por supuesto también se pueden usar grises y filtros con las máscaras de capa.
Modos de fusión
Los modos de fusión controlan cada capa respecto a las que se encuentran debajo También nos sirven para cambiar la tonalidad de la imagen. Son una forma eficaz de compensar los cambios no deseados introducidos por otras capas de ajuste. La forma más fácil para cambiar la tonalidad es ajustando la opacidad de la capa que, puede variar del cero hasta el 100%. Haciéndolo así podemos afinar los ajustes realizados obteniendo excelentes resultados en nuestras fotografías.
A veces, cuando no tenemos mucha práctica, nos puede parecer complicado utilizar todos estos modos de edición. Pero no te preocupes, cuanto más los utilices, con más soltura trabajarás.
La pre-impresión
Ya estamos en el último punto de nuestra pre-edición. Se trata del proceso necesario para obtener un archivo listo para la salida o impresión de la imagen. En este estado de edición acabaremos ajustando el contraste y nitidez de la fotografía para adaptarla a las cualidades del papel y la tecnología de impresión que se utilizará.
Para la web, normalmente implica la optimización y la compresión de un archivo grande para que no pese en exceso o se ajuste a los colores limitados que se usan en la Red.
Y ya habremos acabado con nuestro post-procesado y ya podremos imprimir nuestro trabajo ¡Espero que estos dos post os ayuden en la edición de vuestros proyectos!
Fotos e imágenes de: https://www.xatakafoto.com
